El jamón ibérico de bellota criado al aire libre es, simplemente, el mejor jamón que existe. En este caso se trata de un jamón deshuesado que puede almacenarse en el frigorífico.
Producido por la marca Fermín (Salamanca, España), conocida en todo el mundo por la calidad exquisita de su carne y su intenso aroma. Los cerdos negros de pura raza ibérica pastan al aire libre por extensos bosques de robles y encinas en busca de bellotas y hierbas silvestres. Esta alimentación natural y la vida en casi total libertad, transfieren a la carne su maravilloso sabor y su intenso aroma, un placer para los sentidos. Cuando lo corte, podrá admirar las finas betas que parecen fibras de mármol y cortar la primera capa de grasa que revelará la carne color rubí debajo. Al derretirse suavemente en su lengua, no podrá dejar de cerrar los ojos de placer, al sentir el sabor único con toques de nuez y recuerdos de mantequilla. Pero no se preocupe, a causa de la dieta a base de bellotas, la carne de este jamón es beneficiosa para su salud, ya que posee grasas mono-insaturadas que hacen aumentar el colesterol bueno (HDL) y reducen el colesterol nocivo (LDL). ¡Es una buena idea!
La ventaja de comprar un jamón deshuesado es que se puede conservar en el frigorífico y sacarlo cuando sea necesario. Como está curado, este jamón puede durar meses en su casa. A diferencia del jamón de Virginia o el Prosciutto italiano (que se cura muy poco tiempo), el jamón ibérico se cura por lo menos un año, dándole una textura firme que permite ser cortado en lonchas finas como el papel, sobre todo si se corta a máquina.