Si usted todavía no está preparado para cortar en su casa un jamón con hueso, considere esta opción de comprar un jamón ibérico deshuesado. No pesa tanto como un jamón entero, y además cuesta menos que un jamón de bellota. Aún así, va a cambiar totalmente su opinión sobre el jamón español. Curado durante un año, una loncha de este jamón es una delicia para los sentidos.
Los restaurantes de lujo en España compran siempre jamón ibérico deshuesado para mantenerlo en condiciones en el frigorífico y servirlo luego con toda comodidad. Así acompañan de finas lonchas de jamón ibérico platos vegetales, cocidos, platos con setas, con higos frescos, etc. Las posibilidades de mezclar su sabor son casi infinitas. La ventaja de tener un jamón deshuesado es que se conserva en el frigorífico durante meses y se pueden cortar fácilmente cuando sea necesario. A diferencia del jamón de Virginia o el Prosciutto italiano (que se cura muy poco tiempo), el jamón ibérico se cura por lo menos un año, dándole una textura firme que permite ser cortado en lonchas finas como el papel, sobre todo si se corta a máquina.